Cómo diferenciar a quién contratar.
¿Sientes que estás en todo y en nada al mismo tiempo? ¿Quieres tener el control pero todo se te escapa? ¿La velocidad y el ritmo diario te superan? ¿Confías en gurús o en fórmulas mágicas para solucionar tus problemas? ¿Te esfuerzas hasta el agotamiento y no consigues lo que quieres? ¿Buscas ayuda profesional para desarrollarte y no sabes exactamente a quién contratar?
Hacerse preguntas parecidas a éstas podría ser el indicador para estar a punto de iniciar un proceso de coaching o mentoring. El mero hecho de reflexionar sobre ciertos aspectos relacionados con el desarrollo personal y profesional manifiesta un deseo de verse en un lugar distinto al actual.
En los últimos 20 años el crecimiento del sector del coaching es exponencial. El ritmo de vida, y el elevado nivel de presión para obtener resultados, ha puesto en alza el valor de la inmediatez en prácticamente todo lo que hacemos, por lo que cada vez más personas buscan el acompañamiento de un profesional que les ayude a ordenar, enfocar, y encontrar nuevas formas de adaptarse, ser, y estar en el mundo.
La etapa de crecimiento en que se encuentra la profesión del coaching, ha acelerado la necesidad de diferenciación, provocando el surgimiento de una fuerte tendencia hacia la «hiper – especialización».
¿y qué es esto de la hiper – especialización?
Si buscamos hoy un «Coach», encontraremos además de una abundante oferta, una amplia gama de etiquetas como «life-personal-executive-business-health-agile-organizational-sport-performance-team«, acompañando la palabra en cuestión. Yendo a la esencia de la práctica del coaching, se fundamenta en la mayéutica socrática, es decir, en el arte o la maestría de hacer preguntas que fomenten el auto-descubrimiento creativo de la persona, por lo que tener conocimiento técnico en áreas específicas es innecesario.
La intención de dichas etiquetas supuestamente es facilitar la búsqueda a los potenciales clientes, porque entendemos que es más fácil hacer una segmentación en función del dominio o el área en la que se quiere trabajar un objetivo concreto; pero en mi experiencia produce justo el efecto contrario, confundiendo aún más a las personas que buscan un profesional en el campo del coaching, o mentoring.
En realidad, las subcategorías surgen de la necesidad de diferenciación en el sector, no sirven para ayudar al cliente a decidir. El Mercado ha aumentado vertiginosamente, y está saturado de «gurús», algunos de los cuales tras un curso de «fin de semana», dicen ser «expertos».
Este caldo de cultivo hace que los clientes al ver tantas alternativas disponibles y poco diferenciadas tengan una mayor dificultad para decidir qué servicio profesional, o experto contratar. Llevándolos en muchos casos a tomar una decisión desinformada, o basada únicamente en el precio.
Al final no les queda claro si contratan coaching, mentoring, training, counselling, consulting, terapia, etc… y lo que ocurre, es que terminan creyendo que todo es lo mismo porque las diferencias en cuanto a la forma de trabajar son poco claras. Terminan pensando algo parecido a: «Tengo un problema, y quiero que me ayuden a resolverlo, me da igual cómo«.
Sin embargo, el «cómo» es clave para entender el proceso que contribuye a resolver el problema, sobre todo desde la perspectiva de la integración del resultado en sus vidas.
Un ejemplo sencillo para visualizarlo es: «Si tenemos hambre y queremos comer ¿qué alternativas tenemos disponibles?» alguna de las primeras en las que probablemente pensemos son:
1. Cocinar nosotros (valiéndonos de nuestra experiencia, conocimientos, y marcos de referencia para hacerlo).
2. Pedirle a alguna persona que nos acompañe y ayude a cocinar si es que no disponemos de alguno de los requisitos del punto 1.
3. Cocinar solos siguiendo las pautas de alguna guía digital, vídeo, receta, etc…
4. Ir a un restaurante.
En estas 4 alternativas se puede apreciar diferencias significativas de elementos como la velocidad, el esfuerzo, el tipo de aprendizaje, los recursos disponibles, el proceso, el modelo de relación, y lo más importante, cómo se llega a la obtención del resultado.
El coaching no se basa en transferir conocimiento, asesorar, u ofrecer soluciones.
Volviendo a las diferencias entre coaching y mentoring, si bien ambos involucran a una persona experimentada que brinda orientación y apoyo a otra, la forma en que lo hacen y los objetivos que pretenden lograr son diferentes. Son procesos distintos que sirven para diferentes propósitos. Veamos algunas de las diferencias con éstos 2 roles.
Diferencias clave entre Coach y Mentor:
- Una de las diferencias es el enfoque de la relación. El coaching generalmente se enfoca en lograr objetivos concretos, mientras que el mentoring se enfoca más en transmitir conocimiento y experiencia.
- Otra diferencia radica en la duración de la relación. Las relaciones de coaching suelen ser a corto plazo, mientras que las relaciones de mentoría tienden a ser a más largo plazo.
- El coaching y la mentoría también difieren en términos de las habilidades y la experiencia requeridas del coach o mentor. Si bien ambos roles requieren una excelente comunicación y habilidades interpersonales, los coaches deben ser hábiles para ayudar a los clientes a establecer metas, desarrollar planes de acción y medir el progreso hacia esas metas.
- El coach ayuda al cliente a adquirir los recursos que necesita para lograr sus objetivos, pero el énfasis está en el propio proceso de aprendizaje del cliente. El coach no necesariamente necesita ser un experto en el campo en el que el cliente está trabajando, sino que necesita tener las habilidades para ayudar al cliente a desarrollar su propio potencial. Es a través del proceso de descubrimiento creativo del cliente que pueden emerger nuevas formas de pensamiento y acción para lograr su objetivo.
- En la mentoría, por otro lado, el mentor es un experto en el campo en el que el aprendiz está trabajando. Su función es compartir su experiencia y conocimientos con el aprendiz para ayudarles a desarrollar sus habilidades y mejorar su rendimiento. Esto significa que el mentor debe tener una comprensión profunda del campo en el que está asesorando y la capacidad de transmitir ese conocimiento de manera efectiva.
Elementos de diferenciación:
Es responsabilidad de los profesionales aclarar a los clientes que no es lo mismo, Coach, Mentor, Consultor, Formador, Facilitador, Terapeuta, etc…
Las diferencias respecto al método para obtener resultados son distintas e impactan directamente en qué, cómo, cuándo, y quién interviene en la forma de obtenerlos.
¿Cómo se contrata actualmente?
Hace 2 meses en Qestiona Coaching realizamos una serie de entrevistas a clientes y no clientes sobre su experiencia en el proceso de acompañamiento concretamente con un Coach, o un Mentor, y los hallazgos son más que interesantes.
¿Qué dicen las personas que contratan coach o mentor? Entrevistas a clientes y no clientes. Algunos de los datos obtenidos:
- Diferenciar los roles: El 73% manifiesta no tener clara la diferencia entre coach y mentor, y confunde el rol con el método. Lo que nos arroja el dato de que el 27% de las personas sí saben diferenciar claramente los roles.
- Búsqueda: El 92% realiza la búsqueda de ambos roles a través de referencias de familiares, amigos, o personas conocidas. El 8% lo busca en internet, principalmente en foros profesionales.
- Decisión racional / emocional: El 85% toma la decisión para empezar contratar un coach o un mentor, basándose en la «conexión» o «feeling» que tienen con el profesional en la sesión de presentación. Siendo la formación, la experiencia, y el precio, los siguientes elementos que inclinan su decisión.
- Tipología del Servicio: El 91% contrata el servicio a través de pago por sesiones individuales. El 9% realiza la contratación por objetivo o proceso.
- Precio: El precio de 1 hora de sesión con ambos roles oscila entre los 70 €, y hasta 480 €.
- Éxito en los resultados: El 65% dice no haber quedado satisfecho respecto las expectativas iniciales, y los resultados obtenidos. Teniendo que buscar otras alternativas y servicios posteriormente (además de la pérdida de confianza). En este punto destacan factores de diferenciación como el precio, y a la eficacia del servicio que apuntan personas que han contratado servicios profesionales de Coaching y/o Mentoring por encima de 230 € de precio medio por hora de sesión. Siendo el 35% las personas que afirman haber quedado satisfechas tanto con el resultado alcanzado, como con la rapidez en el tiempo. Si el precio es tu factor de mayor peso en la decisión, te invito a pensar en la distinción entre caro VS costoso.
- Dimensión de los beneficios: El 83% de las personas que han trabajado con un coach, manifiesta que, aunque se trabajaran aspectos de un área concreta (profesional) obtuvieron beneficios en el área personal.
- Aprendizaje: El 48 % de las personas que han trabajado con un coach afirman haber incorporado herramientas basadas en el auto-conocimiento, útiles para analizar y cuestionar conductas, formas de pensar, útiles para ser capaces de reconducir situaciones por ellas mismas.
Identifica necesidades y objetivos
Antes de decidir si necesitas un coach o un mentor, es importante identificar tus necesidades y objetivos específicos. ¿Estás buscando mejorar habilidades específicas en un corto período de tiempo, o necesitas orientación a largo plazo en un área específica de su vida o carrera? Es importante comprender estas diferencias y elegir el proceso adecuado.
Además, en relación al precio, tener clara la distinción entre caro y costoso a la hora de contratar. Invertir en un proceso costoso vale la pena si quieres que finalmente no salga caro.
Hay que tener en cuenta que el coaching y el mentoring no son mutuamente excluyentes. De hecho, muchas personas pueden beneficiarse de ambos tipos de apoyo en diferentes momentos de su desarrollo personal o profesional. Por ejemplo, alguien puede trabajar con un entrenador para lograr un objetivo específico o superar un desafío específico, y luego trabajar con un mentor para profundizar su conocimiento y experiencia en un área en particular.
Así que, si estás pensando en contratar un profesional que te acompañe en tu proceso de desarrollo, profesionalización, o en general en el acompañamiento a un nuevo rumbo, piensa, y reflexiona sobre el tipo de experto que quieres y necesitas, en función del camino y el objetivo que te has marcado.