Desafío adaptativo VS problema técnico

¿Somos realmente capaces de adaptarnos rápidamente a los cambios?

Si le hacemos la pregunta a nuestra historia evolutiva, nos diría que sí sin dudar, ya que ha sido nuestra capacidad de adaptación uno de los elementos clave de nuestra evolución como especie.

A lo largo de los tiempos nos hemos ido adaptando, a mayor o menor velocidad, pero que la adaptabilidad esté implícita en nuestra naturaleza humana, no nos exime del hecho de que no nos guste la incertidumbre. La falta de certezas, nos produce inquietud, y eso puede dar lugar a distintos niveles de sufrimiento.

Adaptarse es el único mecanismo que nos permite progresar en todos los sentidos. Hablamos una y otra vez de la importancia que tiene la capacidad de adaptación al actual entorno cambiante, a la infoxicación multicanal, a las múltiples estrategias de comunicación, a la velocidad del Mercado, y a la demanda de los clientes, entre otros.

«Ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos». Heráclito

¿Por qué es importante esta distinción?

Porque el modo de resolución de cada uno de ellos, requiere habilidades, conocimiento, profundidad, y aprendizajes completamente distintos.

Ronald Heifetz. A. Grashow y Marty Linsky en su libro «La práctica del Liderazgo adaptativo» comparten una historia que bien sirve de ejemplo para entender de forma sencilla la diferencia entre una situación que requiere resolver un desafío adaptativo VS la resolución de un problema técnico. Y esto se da en varias dimensiones y Sistemas.

Para saber distinguir entre un desafío adaptativo, y un desafío técnico cuentan la historia de Ruth, una mujer de 95 años que goza de buena salud, y continúa conduciendo su vehículo para sus desplazamientos habituales, incluso de noche.

«Hace tiempo que su hijo, notó ciertas abolladuras en el coche cada vez que quedaban a cenar. Una manera sencilla de resolver (técnicamente) el problema hubiera sido llevar el coche al taller, donde haciendo uso de su conocimiento y experiencia eliminarían esas abolladuras. Sin embargo, bajo la superficie de esta historia subyace un desafío adaptativo. Ruth es la única de sus amistades que sigue conduciendo, y para ella es fuente de inmenso orgullo y comodidad; al igual que el hecho de vivir sola, sin necesidad de asistencia, y de seguir funcionando como una persona más o menos independiente. Dejar de conducir, aunque solo fuera de noche, le exigiría una adaptación enorme».

  • Desde la perspectiva de resolución técnica, Ruth tendría que pagar taxis, pedir a sus amigos que la llevaran a los sitios, etc…

  • Desde la perspectiva adaptativa, encontramos la pérdida que representaría este cambio, y es la pérdida de una parte importante de la historia que se cuenta a sí misma sobre quién es como ser humano, es decir, la única persona de 95 años de edad que conoce que sigue conduciendo por la noche. Le rompería el corazón, arrebatar un elemento fundamental de su identidad como mujer independiente.

«Las personas no nos resistimos al cambio en sí, sino a la pérdida».

Abordar el problema como una cuestión meramente técnica, arreglaría el coche (aunque solo temporalmente, ya que es de esperar que las abolladuras aparecieran cada vez con más frecuencia), pero no resolvería el desafío adaptativo: remodelar una identidad, y encontrar un modo de prosperar a pesar de las nuevas limitaciones. Por lo que la verdadera amenaza para el éxito reside en los elementos adaptativos. 

Los sistemas, las Organizaciones, las familias, y las comunidades se resisten a los desafíos adaptativos porque afrontarlos supone experimentar una pérdida parcial.

Si entendemos cuáles son las creencias, las prioridades, los hábitos, y las lealtades que temen perder las personas, los equipos, las Organizaciones, podremos acompañar de forma efectiva el proceso de renuncia a esos elementos que forman parte de la identidad, y del propio ADN, para crear un nuevo sistema de creencias, hábitos, Cultura, y estructura que además de sobrevivir, prospere.

¿Qué podemos hacer para adaptarnos mejor a la incertidumbre?

Hay algunas cosas que podemos entrenar para mejorar nuestra capacidad de adaptación a la incertidumbre.

  • En primer lugar, podemos practicar la atención plena y mantenernos presentes en el momento. Cuando nos centramos demasiado en el futuro, podemos sentirnos abrumados por la incertidumbre. Si nos mantenemos presentes, podemos controlar mejor nuestra ansiedad y tomar decisiones más informadas.
  • En segundo lugar, podemos cultivar una mentalidad de crecimiento. Esto significa adoptar la creencia de que podemos aprender y crecer a partir de nuestras experiencias, incluso cuando son difíciles. Cuando afrontamos los retos con una mentalidad de crecimiento, es más probable que nos adaptemos y los superemos.

En conclusión, la adaptación es una habilidad valiosa que todos deberíamos esforzarnos por desarrollar.
Es algo más que ser capaz de sobrevivir en tiempos inciertos. Se trata de prosperar y crecer, incluso ante la adversidad.
Si entrenamos para desarrollar nuestra capacidad de adaptación a la incertidumbre, podemos aprender a gestionarla e incluso aceptarla como una oportunidad de crecimiento y desarrollo.
Practicar la atención plena, y cultivar una mentalidad de crecimiento, pueden ser pequeños pasos para ser más adaptables y estar mejor equipados para manejar las muchas incertidumbres que nos depara la vida.


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